Crononutrición: ¿Cómo afectan las horas y el número de comidas a nuestro peso?

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Parece ser que la hora “algo” importa. Comer más tarde o más temprano afecta a nuestro peso. Tenemos un reloj biológico regulado por los ritmos circadianos, los directores de orquesta en la producción y liberación de determinadas hormonas según la hora del día y los cambios ambientales. Todo ello influye en nuestro metabolismo y en nuestro peso.

Tal y como admite Journal Pharmacology Sciences, parece ser que “el ritmo circadiano podría afectar a la forma en la que se digieren y se absorben los nutrientes”. Advances in Nutrition llegó a conclusiones bastante similares, ya que los ritmos circadianos afectan a nuestro peso. El artículo Timing of food intake predicts weight loss effectiveness, publicado por el International Journal of Obesity, señala al respecto que “comer tarde puede influir en el éxito de la terapia de pérdida de peso. Nuevas estrategias terapéuticas deberían incorporar no solo la ingesta calórica y la distribución de macronutrientes, como se hace clásicamente, sino también el momento de la comida”. De todo ello hablamos con Carlos Sánchez, endocrino del Hospital General de Valencia.

¿Qué son los «ritmos biológicos»?

Variaciones temporales que ocurren de forma regular y con intervalos de repetición más o menos precisos, en las funciones o procesos orgánicos de los seres vivos.

Ejemplos: frecuencia cardiaca, respiración, temperatura, vigilia-sueño, ciclo sexual femenino, secreción de hormonas (corticoides, melatonina, hormona de crecimiento…).

El poder “del reloj central”

Estos ritmos están controlados por un «reloj central» (en nuestro cerebro) y otros «periféricos» en una gran cantidad de órganos y que se coordinan con el «central». Y todos estos «relojes» están determinados genéticamente. Así, cualquier alteración ambiental que afecte a esos ritmos biológicos (trabajar de noche, viajes transoceánicos -jet lag-, ejercicio físico por la noche, comer a determinadas horas, etc.) podría alterar nuestro organismo y ser causa de determinadas enfermedades. En Dinamarca, por ejemplo, el cáncer de mama en mujeres que han trabado en turno de noche durante más de 20 años está reconocida como enfermedad profesional. La crononutrición es, por tanto, la ciencia que estudia la relación entre la Nutrición y los ritmos biológicos justificando estados de salud y enfermedad.

¿Qué dicen las últimas investigaciones?

Hay estudios, muchos de ellos desarrollados por grupos españoles encabezados por la Dra. Marta Garaulet que, en el tema de la Crononutrición, han relacionado el momento de la comida fuerte del día y la mayor predisposición a desarrollar obesidad o la respuesta a una determinada dieta para perder peso. Este estudio demuestra que realizar la comida de mayor cantidad antes de las 15 horas hace perder más peso que si se hace después. Esto se debería a la alteración de esos ritmos biológicos. Que eso se pueda traducir en que, para perder peso, tengamos que hacer nuestra comida principal antes de las 15 horas NO lo afirmaría categóricamente, y desde luego no más que la importancia que tiene la dieta baja en calorías y el equilibrio entre nutrientes, pero es un campo en investigación que dará resultados en los próximos años y que nos permitirá enfocar el tratamiento de la obesidad de otra manera.

Hay que tener en cuenta que también hay estudios que relacionan la pérdida de peso o la menor ganancia del mismo con: cenar 2,5 horas antes de acostarse, cenas ligeras y no hacer ingestas durante las horas de sueño; dormir 7-8 horas al día; dormir 20 minutos de siesta; dormir en oscuridad o evitar el ejercicio intenso tres horas antes de irnos a dormir .