Os propongo otro menú -comida y cena- para personas con diabetes especialmente, aunque puede ser útil para todo el mundo.
Realizadas en función de las raciones de hidratos de carbono que ya apunté en el Plan de alimentación .
Os propongo otro menú -comida y cena- para personas con diabetes especialmente, aunque puede ser útil para todo el mundo.
Realizadas en función de las raciones de hidratos de carbono que ya apunté en el Plan de alimentación .
En el post anterior hicimos una introducción a la Nutrigenómica, es decir, cómo los distintos componentes de los alimentos, sean nutrientes o no, influyen sobre la expresión genética. En este post haremos una breve descripción de otros elementos que también regulan la expresión de nuestros genes y por tanto de nuestro fenotipo.
Ingredientes (1 persona):
– Tres puñados grandes de arroz (75 g)
– Un trozo pequeño de bacalao desalado (30 g)
– Una tira de pimiento rojo remojo (15 g)
– Una judía verde remojo (15)
– Un cuarto de alcachofa remojo (30 g)
– Un trozo de coliflor remojo (20 g)
– Dos ajos tiernos remojo (10 g)
– Un cuarto de tomate mediano maduro (30 g)
– Una cucharada de aceite de oliva (10 g)
– Azafrán
Modo de preparación:
– El día anterior poner a remojo las verduras cortadas en trozos pequeños, y el bacalao en otro recipiente, y cambiarles el agua varias veces.
– En una olla con agua poner a cocer las judías, la alcachofa y la coliflor, cuando empiece a hervir, eliminar el agua y volver a poner a cocer en agua nueva previamente calentada. Separar y escurrir cuando estén hechas.
– Sofreír en una paella los ajos tiernos, el pimiento y el tomate con aceite de oliva, después añadir el resto de verduras hervidas y rehogar.
– Cuando estén doradas añadir agua nueva, el bacalao y el arroz. Añadir sal, si le está permitido, azafrán y dejar al fuego unos 20 minutos.
– Dejar reposar antes de servir.
Fuente: Guía de alimentación para pacientes renales. Asociación de ayuda al enfermo renal (adaer.) Servicios Municipales de Salud, Murcia.
Patricia García Alós
Dietista-Nutricionista NºCol 282
Hospitalización
Generalmente, el ingreso en el hospital se realiza el mismo día de la intervención, pero esto depende de los Servicios de Cirugía y del estado general del paciente, riesgo quirúrgico, etc . En caso de hemitiroidectomía el paciente permanecerá en el hospital unas 24 horas después de la intervención y de uno a tres días después de una tiroidectomía total. En los casos en que la cirugía haya sido más compleja (vaciamientos ganglionares cervicales, cirugía de la recidiva) el ingreso hospitalario puede prolongarse, dependiendo de la complicación de la operación, de los drenajes y de las analíticas posteriores que, por ejemplo, miden las concentraciones de calcio en sangre.
Aunque es una pregunta frecuente, el tiempo de la operación es muy variable y dependerá de cada caso particular y de la técnica utilizada y no pudiéndose acotar a priori, y con carácter general, el tiempo estimado de intervención.
La operación requiere la administración de anestesia general y, en casos especiales, es posible que durante, o después de la operación, sea necesaria la utilización de sangre y/o hemoderivados.
Un paso esencial es la realización de una primera biopsia intraoperatoria del tiroides. Hoy en día se acepta que con PAAF positivos para CT no hace falta biopsia intraoperatoria, sin embargo, siempre es mejor confirmar el diagnóstico y biopsiar también los ganglios del cuello que parezcan sospechosos. De hecho, este paso puede llevar a variar el diagnóstico y la intervención original. Se realiza al abrir, durante la misma operación, y sin perjuicio de una biopsia posterior más pormenorizada.
En los casos de bajo riesgo en que no se demuestre preoperatoriamente la existencia de ganglios positivos, como hemos visto se dan dos posiciones posibles: Los que propugnan no hacer nada y los que propugnan vaciar de forma profiláctica el departamento central ya que, con frecuencia, hay ganglios afectados no se reconocen macroscópicamente. En algunos centros, en un intento por conocer intraoperatoriamente si hay ganglios afectados por CT, se utiliza la técnica del ganglio centinela que permite valorar con más exactitud qué cadenas ganglionares pueden estar afectadas y, por tanto, conviene extirpar. Consiste en inyectar un colorante al inicio de la intervención (o bien un coloide radioactivo preoperatoriamente) y ver el primer ganglio que se tiñe o que muestra radioactividad. Si la biopsia de ese ganglio es positiva se completa la linfadenectomía central o se siguen los demás criterios que explicamos en “Tipos de intervención” y al analizar las “particularidades de cada tipo”.
En todo caso, hay que tener claro que para realizar el tratamiento más adecuado y seguro, es posible que, durante la cirugía, haya que realizar modificaciones del procedimiento por los hallazgos intraoperatorios, de modo que se extraiga cualquier tejido sobre el que se tenga sospecha de malignidad.
El dolor
Las tiroidectomías son poco dolorosas y no requieren muchos analgésicos después de la operación. Lo más frecuente es sentir un dolor postoperatorio leve-moderado y requerir solo analgésicos de uso común domiciliario (ibuprofeno, nolotil, gelocatil, etc). A veces sólo queda una moderada cervicalgia por la postura durante la operación.
La herida
La mayor parte de las tiroidectomías se realizan a través de una incisión horizontal de no más de 5 cm en la parte baja y anterior del cuello y con técnicas de cirugía mínimamente invasiva, la incisión final puede llegar a tener tan solo entre 2 y 3 cm. En general, la localización de ésta se decide en función de las características anatómicas del cuello que pueden variar de un paciente a otro. Siempre que es posible se aprovecha un pliegue o arruga para disimula la incisión quirúrgica.
En todo caso, el tamaño de la incisión variará en función del tamaño y la consistencia de la lesión tiroidea así como de la necesidad de asociar vaciamientos ganglionares.
Durante unas semanas se puede apreciar cierta hinchazón y enrojecimiento que irá desapareciendo progresivamente. Hasta pasados como mínimos 6 meses desde la operación no se podrá valorar el resultado estético.
Si la operación es en verano conviene proteger la herida de la exposición directa al sol usando un filtro protector factor 50 con frecuencia o tapándola con un pañuelo. En la farmacia se pueden encontrar unas tiras adherentes especiales para cicatrices que se cortan a medida de la herida. Tienen la ventaja de que además de aislarlas del sol, llevan un tratamiento que permite mantener la hidratación de la piel.
Conviene hidratarla habitualmente, varias veces al día, los primeros meses. Para su cuidado se recomienda rosa mosqueta o cualquier crema especial para cicatrices.
Informe de cirugía
Es importante tener un informe completo de cirugía que incluya los hallazgos operatorios y cirugía realizada. En este informe no suele constar el resultado de la anatomía patológica ya que tarda unos días en confirmarse y ya habrá sido dado de alta en el hospital.
En todo momento se debe tener claro el tipo de carcinoma de tiroides y subtipo, si se ha podido determinar y es significativo así como el estadío en función del tamaño, afectación ganglionar, presencia o ausencia de metástasis. (Clasificación TNM).
Después de la operación
Como veremos posteriormente, se tendrá una nueva consulta con el endocrinólogo que, con el informe de cirugía y la biopsia, además de con unos nuevos análisis que solicitará, procederá a una reevaluación del nivel de riesgo o estadificación y, en el caso de que sea necesario, solicitará tratamiento de yodo radioactivo al departamento de Medicina Nuclear. Además irá ajustando la tiroxina como parte del tratamiento con hormona sustitutiva y/o preparará de la forma adecuada para el I131
Como veremos al hablar del tratamiento con I131 , en algunos casos se puede proceder a la ablación de los restos tiroideos a continuación de la operación y en otras se tendrá un plazo más largo que nunca debe sobrepasar los 6 meses. En estos últimos casos el endocrinólogo procederá a ajustar la hormona sustitutiva a la espera de que empiece el momento de preparación necesaria al yodo radioactivo. Si por el contrario el I131 se va a dar en el mes siguiente de la operación podrán, bien ajustar la dosis de tiroxina (si piensa usar TSH recombinante humana como método de elevación de la TSH para preparar la mejor absorción del I131) bien dejar sin hormona sustitutiva si la TSH elevada va a conseguirse mediante hipotiroidismo inducido.
Carlos Sánchez Juan
U. Endocrinología y Nutrición
Departamento Valencia-Hospital General
Universitat de València
La dieta saludable es aquella que permite el mantenimiento óptimo de un estado de salud (tanto físico como psíquico) y, por lo tanto, tiene que satisfacer las necesidades nutricionales, psicológicas y sociales del mayor; es decir, la dieta debe alcanzar y cubrir los requerimientos de energía y de nutrientes, debe ser apetecible, y debe tener un valor social. Por lo tanto, en la planificación de una dieta hay que considerar aspectos nutricionales, sensoriales y sociales.
Aspectos nutricionales
El mayor desafío es que la dieta tenga un contenido energético que permita mantener el peso del anciano estable y que aporte todos los micronutrientes en las cantidades necesarias. Es necesario llevar a cabo una elección cuidadosa de los alimentos, hay que utilizar alimentos con alta densidad en nutrientes.
El perfil calórico de la dieta no difiere del establecido para el adulto: 12-15% de la energía a partir de proteínas, 30-35% a partir de grasas, y el resto a partir de hidratos de carbono. Se aconseja distribuir la comida en 5-6 tomas a lo largo del día, sobre todo en mayores sin apetito.
Cereales y tubérculos
Alimentos como el pan, el arroz, la pasta o las patatas deben constituir la base de la alimentación y consumirse más de 6 raciones al día. Los cereales integrales son una buena fuente de fibra y de vitaminas.
Verduras y hortalizas
Se recomienda un consumo diario de, como mínimo, 2 raciones, una de ellas en forma cruda (p.ej., ensalada variada con los ingredientes bien troceados). La otra ración diaria de verduras será preferentemente en forma de verduras cocidas y presentada en forma de puré. Estos alimentos tienen un importante aporte de fibra, minerales y vitaminas.
Frutas
Diariamente deben consumirse 3 raciones de fruta, algunas crudas para que conserve completamente su aporte vitamínico y se pueden presentar troceadas, en zumo, como macedonia, o bien asadas o cocidas.
Frutos secos
Son una buena fuente de energía y de micronutrientes: tienen un alto contenido en grasa (grasa cardiosaludable), fibra, calcio, magnesio, hierro, cinc y vitamina E.
Leche y derivados
Son el grupo de alimentos que aportan mayor cantidad de calcio a la dieta, y también una fuente importante de vitamina A y D. Se aconseja la utilización de leche semidesnatada, yogures y queso fresco. La leche enriquecida en calcio es una buena alternativa para incrementar la ingesta de este elemento. Si por alguna causa no se toman las 3 raciones recomendadas al día, el calcio hay que aportarlo a partir de otros alimentos y/o suplementos.
Carnes y derivados
Se recomienda el consumo de carnes magras (2-3 raciones a la semana). Hay que elegir preparaciones culinarias de fácil masticación (albóndigas, filetes rusos, croquetas de carne, etc.).
Pescados
La ingesta de pescado debe ser superior a la de carne (4-5 raciones a la semana). Su principal ventaja es que, sobre todo el pescado azul, aporta grasa insaturada. Su proteína tiene una calidad biológica similar a la de la carne, y es más fácil de digerir. Se debe hacer hincapié en que el pescado congelado tiene las mismas cualidades nutricionales que el pescado fresco, y tiene la ventaja de su menor precio y su mayor facilidad de preparación.
Huevos
Se deben consumir en tortilla o cocidos. Se recomienda consumir 3 huevos a la semana. El huevo aporta proteínas de calidad y vitaminas, es un alimento barato, fácil de preparar y conservar, y se digiere bien.
Legumbres
Son una buena fuente de fibra y de proteínas. Hay que tomar de 2-3 raciones a la semana. La calidad de su proteína se puede aumentar tomándolas junto con cereales en los tradionales potajes (complementación proteica).
Aceites y grasas
Está especialmente recomendado, para el consumo en crudo, el aceite de oliva virgen. Se debe evitar el consumo excesivo de frituras. La cantidad diaria será <60 g/día.
Dulces y bollería
Se debe moderar su consumo, preferentemente a partir de repostería de elaboración casera.
Platos preparados
Se debe evitar el consumo excesivo de estos alimentos, ya que tienen un alto contenido en sal y en grasa oculta.
Bebidas
El agua y los demás líquidos se deben tomar preferiblemente separados de las comidas. La ingesta de bebidas alcohólicas debe ser moderada; es preferible que sea vino tinto, unos dos vasitos al día durante las comidas.
En la guía dietética para la población mayor se recomienda la ingesta de ocho vasos de agua.
Preparaciones culinarias
En principio no se excluye ninguna técnica culinaria; hay que tener en cuenta que no se debe abusar de las frituras, ya que, además de aumentar el valor calórico del plato, su digestión suele ser más pesada en los adultos mayores. Se recomiendan técnicas sencillas, fáciles de elaborar, como cocinado al vapor, a la plancha, hervido, etc.
Fuente: Tratado de Nutrición. Nutrición Humana en el Estado de Salud. Ángel Gil.
Patricia García Alós
Dietista-Nutricionista NºColCV 282
Pescado blanco
Coloración: Este tipo de pescados suelen tener la piel más plateada y blanca que los azules.
Cola o aleta caudal: La aleta es plana o redondeada, ya que son sedentarios por tener los alimentos cercanos, y no necesitan nadar grandes distancias. Viven en las capas de agua cercanas al fondo.
Propiedades:
– Grasa: Los pescados blancos aportan muy poquitas calorías y tienen muy poca grasa, no superan el 2% del peso total. El motivo es el dicho anteriormente, al tener el alimento cercano no necesitan desplazarse y no necesitan depósitos de grasa.
– Proteínas: Son ricos en proteínas así como en sales minerales, en concreto aquéllos procedentes de aguas marinas son más ricos en iodo. Su carne magra y suave hace que se mastique y digiera con gran facilidad, siendo muy recomendado para niños pequeños o ancianos con dificultad para masticar y tragar
– Dentro de este tipo de especies, encontramos los pescados planos, como el lenguado, rodaballo o dorada, cuyo contenido en grasa es inferior que los pescados redondos y su contenido en proteínas es mayor.
– Vitaminas: Son ricos en vitaminas de grupo B imprescindibles para la regulación y mantenimiento del organismo y para la formación de glóbulos rojos.
– Colesterol: Tomar este tipo de pescados ayuda a disminuir el colesterol y el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Ejemplos de pescados blancos:
Abadejo, bacalao, Cabracho, Gallo, Lenguado, Lubina, Merluza, Pescadilla.
Valoración nutricional:
Fuente: Tablas de composición de alimentos del CESNID
Pescado azul:
Coloración: La grasa parece influir en la coloración de estos pescados que tienden a ser azulados.
Cola o aleta caudal: La aleta de estos pescados es ahorquillada, para darles potencia y facilitar la natación para recorrer grandes distancias en sus desplazamientos. Nadan cerca de la superficie.
Propiedades:
– Grasa: Los pescados azules aportan entre un 5 y 10% del peso total. El motivo por el que acumulan más grasa que los pescados blancos, es debido a que necesitan depósitos de reserva para sus grandes viajes.
Ejemplos de pescados azules:
Atún, Anchoa, Bonito del norte, Boquerón, Caballa, Pez espada, Salmón, Sardina.
Valoración nutricional:
Fuente: Tablas de composición de alimentos del CESNID
Patricia García Alós
Dietista-Nutricionista NºColCV 282
¿Os acordáis de los falsos mitos en la alimentación de los que hablamos hace un tiempecito? La retomamos de la mano de Antonio:
Os dejamos esta sección en la que , trataremos de dar una explicación sencilla y comprensible pero científica a aquellas historias más renombradas en nuestro entorno. Este apartado está abierto a vuestra participación, si queréis que tratemos alguna «leyenda urbana´´ cuya explicación desconozcáis o simplemente contarnos una experiencia al respecto, dejad vuestra aportación en la sección de comentarios.
Empezaremos hablando del mito del huevo y el colesterol. Desde hace incontables años se ha venido relacionando el consumo de la yema del huevo con la elevación de los niveles de colesterol, con lo que este alimento y sus derivados han sido prácticamente desterrados de la dieta habitual de una persona con niveles altos de colesterol y riesgo cardiovascular, junto a la prescripción en muchas ocasiones de un fármaco hipolipemiante como las estatinas (ver post del Dr. Carlos Sánchez en https://endocrinoynutricion.wordpress.com/2013/02/18/estatinas/). Desde el punto de vista nutricional, el huevo contiene la proteína de mayor valor biológico y es la que se toma como referencia a la hora de medir la calidad de la proteína en un alimento. Esto se debe a que posee la proporción adecuada de aminoácidos esenciales para la síntesis proteica, pues no olvidemos que el huevo (si está fecundado) posee todo lo necesario para dar vida a un nuevo ser. Si nos centramos en la yema de un huevo de gallina promedio de 60 gramos, este posee unos 6 gramos de grasa. En ese contenido hay muchas vitaminas y minerales, donde destaca su riqueza en hierro y vitaminas B12, A, D y E. En cuanto al contenido de colesterol, es de unos 250 mg, lo que supone casi la cantidad que se aconseja no sobrepasar al día, que son 300 mg. Sin embargo, y esto es lo importante, una cosa es tomar colesterol y otra cosa es que se absorba. Es precisamente lo que ocurre con la yema del huevo, cuyo colesterol apenas se absorbe en un 40%. Además, es fundamental recordar que el colesterol es un elemento biológico imprescindible del que se derivan numerosos compuestos necesarios para la vida como hormonas, sales biliares y las membranas de nuestras células. No obstante, el colesterol no es un nutriente esencial ya que nuestro organismo puede sintetizarlo para cubrir sus necesidades.
Así pues, podemos comer tranquilamente 3 huevos semanales aunque nuestro nivel de colesterol sea algo elevado. Lo que sí que tendremos que controlar en ese caso son las grasas saturadas (que se absorben en un 95%) y que están en alimentos como el queso, las carnes rojas, los embutidos y los aceites vegetales de coco, palma y palmiste, pues elevan el colesterol sanguíneo el doble que el colesterol de la yema de huevo.
Antonio Alfonso García
Graduado en Nutrición Humana y Dietética
Máster en Calidad y Seguridad Alimentaria
Diferencias entre ambos platos:
– Lo más importante es que el de la izquierda aporta la mitad de Kcal que el de la derecha, pero, fijaos que los 2 están igual de llenos.
– La ración de carne de la derecha es demasiado grande. Una ración de carne debería de pesar unos 100g, equivalente al tamaño de la palma de la mano. Los productos de origen animal, son ricos en proteínas, pero también en grasa, por lo tanto cuanto más grande sea el trozo, más grasa ingerimos.
– Las patatas fritas son innecesarias. 100g (tamaño como un huevo) de patatas hervidas aportan muy poquitas Kcal, unas 70 en cambio las patatas fritas aportan unas 500kcal. El proceso de fritura es un proceso en el que el alimento pierde el agua y a cambio absorbe aceite. Por lo tanto pasamos de 0Kcal que aporta el agua a 9kcal que aporta cada gramo de grasa (aceite).
– El tamaño de ración de arroz y de alubias (o frijoles) también es diferente, el de la izquierda se asemeja más a la ración “ideal” que son unos 60-80 gramos entre ambos y el de la derecha es demasiado grande.
– Por último, la cantidad de ensalada de uno y otro es notablemente distinta. El plato “saludable” consiste en que la mitad del plato sea a base de verduras y hortalizas, el cual, el plato de la izquierda lo cumple y no tanto el de la derecha que se queda corto.
Aquí os dejo la foto del plato saludable, para tener una idea de cómo debe ser nuestro plato cada vez que comamos.
Patricia García Alós
Dietista-Nutricionista Nº ColCV 282
Hoy tengo una receta muy especial.
Es mi cumpleaños y en lugar de preparar algún pastel, tarta o dulce como suele ser habitual en estas celebraciones, yo he decidido cocinar pimientos rellenos (mi plato favorito).
Aquí os dejo los ingredientes, cantidad aproximada (puedes añadir menos carne, más o verduritas si quieres, en función de gustos).
Ah!! Y como es mi cumple y eso sólo pasa una vez al año, hoy no contamos calorías. Sólo disfrutamos del sabor de estos deliciosos, jugosos, apetitosos pimientos que huelen a gloria.
Ingredientes para 4 pimientos (grandecitos):
– 370 g de arroz.
– 400 g de carne picada (cerdo y ternera).
– 3 tomate maduros.
– 3-4 ajitos.
– 4 pimientos grandes.
– Sal, un poquito de aceite.
Elaboración:
Troceamos en trocitos muy pequeños los ajos y los sofreímos con un poquito de aceite. Cuando empiecen a dorarse añadimos los tomates rallados y lo sofreímos todo junto.
A continuación, añadimos la carne picada. Ponemos sal a gusto.
Después, ponemos el arroz (1vaso y medio puse yo), añadimos un poco de colorante removemos todo y apagamos el fuego (el arroz se queda crudo).
Ya está listo para rellenar los pimientos.
En una bandeja de horno, ponemos los pimientos abiertos por la parte del rabito.
Vamos rellenando los pimientos con la mezcla de arroz y carne.
Lo cubrimos todo con papel de plata y lo metemos en el horno a unos 180-200ºC durante 2 -2:30 horas (es conveniente ir probando cuando esté casi listo para no pasarnos y que se queme).
Y tras pasar todo ese tiempo y querer morirte por probarlos, ya que toda la casa olerá a pimiento mMMmmMM riquísimo!! Este es el resultado final:
Este plato es muy completo, ya que posee todos los grupos de alimentos que tienen que estar presentes en cada plato (comida); verduras (pimiento y tomate), proteínas (carne), hidratos de carbono (arroz).
¡Espero que os guste!
Patricia García Alós
Dietista-Nutricionista NºCol 282